Nadine tiene 6 años y de mayor quiere ser médica. Helene tiene 7 años y tiene claro que quiere ser ingeniera. En cambio, su hermana Wefa sueña con ser maestra. Solange, de 5 años aún no lo tiene claro, hay días en los que quiere ser abogada y otros en los que habla de ser la primera astronauta en pisar Marte.
Sin embargo, ninguna de ellas lo va a tener nada fácil para cumplir sus sueños. Por eso, el Día Internacional de la Niña es tan imprescindible en nuestro calendario, ¡pero también en nuestros esfuerzos para mejorar su situación alrededor del mundo!
El presente de las niñas
Hace unos años era el exsecretario de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, el que ponía de manifiesto que aquello que todos los niños tienen en común a lo largo y ancho del mundo son sus derechos: “Todo niño tiene derecho a la supervivencia y al desarrollo, a la educación, a una vida libre de violencia y abuso, a la participación y a la escucha”.
Pese a los avances considerables en las últimas dos décadas, la situación en los países con bajos ingresos en cuanto a la educación de las niñas es desalentadora: menos de dos tercios de las niñas en estos lugares completan la escuela primaria, y tan solo una de cada tres niñas acaba la escuela secundaria inferior. Y es que en el mundo hay en torno a unos 10 millones de niñas más que niños que no se encuentran escolarizadas. La mayoría, un 83%, se concentran en África subsahariana, Asia meridional, Asia oriental y el Pacífico según datos de UNICEF. La educación debería ser algo imprescindible en sus vidas: de media, las mujeres que tienen una enseñanza secundaria tienen una mayor probabilidad de trabajar y cobran casi el doble del sueldo de las que no tienen una educación.
El futuro de las niñas
El futuro de ellas se ve condicionado desde muy temprana edad. Estas pequeñas pero valientes niñas tienen que enfrentarse a numerosas barreras desde que nacen solo y exclusivamente por su condición de mujer. Los obstáculos más comunes que se interponen entre ellas y sus sueños son:
- En determinadas familias se considera que educar a las niñas es una pérdida de ingresos y tiempo que se podría estar invirtiendo en tareas domésticas como hacer la comida, limpiar o cuidar de los hermanos. Así como otras actividades que reportarían beneficio como la recolecta de alimentos, agua o combustible.
- Muchas familias con bajos recursos priorizan la continuidad de la enseñanza secundaria de sus hijos frente a la de sus hijas porque consideran que son una mayor garantía de ingresos cuando crezcan.
- En términos económicos existe la creencia errónea de que casar a una hija supone eliminar un “gasto familiar”, por lo que en determinadas zonas se fomenta el matrimonio -infantil- frente a la educación. En estos casos es el marido el que tiene la decisión sobre la educación de su mujer y casi siempre suele recibir una negativa de respuesta.
- Lo mismo sucede con el embarazo adolescente causado por este tipo de matrimonios prematuros. Las niñas se ven envueltas en esta situación desde muy pequeñas perdiendo así la oportunidad de ir a la escuela.
- En otras ocasiones, son las escuelas las que no están suficientemente preparadas con servicios de saneamiento, agua limpia y baños privados. Hay zonas en las que las niñas con el período han de permanecer en casa hasta que éste termine por falta de equipamiento.
- La discriminación por las convenciones y expectativas culturales y sociales a las que están sometidas. En algunas sociedades esto se perpetúa hasta llegar al punto de que no se considera necesario educar a las niñas.
Pero están equivocados y mucho. El coste de no educar a las niñas es altísimo. Según un nuevo informe publicado por el Banco Mundial, las limitaciones en las oportunidades de las niñas para estudiar les cuestan a los países entre 15 y 30 billones de dólares en productividad perdida. Y es que el bajo nivel educativo de las niñas en estos países no solo es malo para ellas, sino también para sus hijos/as y su economía doméstica, así como para su sociedad y su país en conjunto.
Sin embargo, los beneficios del impulso de unas niñas formadas para el mundo son muy positivos y giran en torno a distintos ámbitos:
- Aumento de las ganancias y calidad de vida.
- Retraso del matrimonio infantil y maternidad temprana.
- Ralentiza el crecimiento masivo de la población como consecuencia.
- Mejora de la salud, nutrición y bienestar gracias a una mejor formación.
- Mayor involucración en la toma de decisiones y mayor consideración de sus opiniones fundamentadas.
- Incremento de su independencia e inclusión en la economía.
- Y por encima de todo: una mayor libertad.
Son muchas las mujeres y hombres que se han unido para que estos cambios positivos se materialicen. Pero también cada vez más niñas como Malala Yousafzai, Premio Nobel de la Paz, alzan sus voces con fuerza para que el resto del mundo las escuche y se una a ellas.
Malala, la niña que quería ir a la escuela
La historia de Malala empezó en Pakistán. Con tan solo once años empezó a escribir un blog sobre la creciente actividad militar en su pueblo de origen y sobre el temor de que atacasen su escuela. En 2012 le dispararon por oponerse a las restricciones de los talibanes a la educación de la mujer en su país natal, el Pakistán, convirtiéndose en el símbolo de la lucha para fomentar el derecho a la educación de las niñas. Junto a su padre fundó el Fondo Malala para que quien quisiera pudiera contribuir a esta causa. Fue ella, el Premio Nobel de la Paz más joven del mundo, quién utilizó su discurso para lanzar este mensaje:
Una niña, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo. – Malala
Ser parte del cambio no es cuestión de ser hombre o mujer, sino de estar concienciado de que las niñas y los niños merecen una educación igualitaria, diversa y de calidad. Todos podemos difundir mensajes de paz, fomentar la integración, la educación y la solidaridad. ¡Ser parte del cambio está en tu mano!
En Moneytrans queremos aportar nuestro pequeño grano de arena difundiendo algunas iniciativas que fomenten la educación, el empoderamiento de la mujer y la integración mundial, y estamos abiertos a colaborar. No somos solo una empresa de envío de dinero, somos muchos más. Descubre todas las acciones que llevamos a cabo y ¡ÚNETE A NUESTROS RETOS!